Ahora nos hablamos. Ahora no. Ahora nos decimos te quiero. Ahora nos mandamos a la mierda. Ahora nos miramos. Ahora nos evitamos. Ahora nos abrazamos. Ahora nos empujamos. Ahora regañamos. Ahora no podemos vivir sin el otro. ¿Vamos a seguir así hasta cuándo? Será eso, que todavía somos unos putos niñatos que no sabemos lo que queremos, pero en el fondo... nos necesitamos.
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