jueves, 28 de febrero de 2013

El extraño mundo que nos rodea.

Tengo las ideas, pero no las palabras con las que describir cada idea o sentimiento. Las ideas y los sentimientos son mucho más que palabras. Todos dicen que existen, pero hasta que no lo.vives, no te das cuenta de la magnitud que tiene. Por ejemplo, ese descontrol de sentimientos que tienes en el cuerpo cuando te lees un buen libro o terminas de ver tu serie favorita; esa sensación de felicidad al recibir un beso de una persona a la que quieres. Miles de sentimientos rondan por la gente que te rodea, aunque no siempre puedas verlo. ¿Has pensado alguna vez en cómo realmente debe sentirse esa persona a la que siempre ves reír? Quizá sea menos feliz que tú, pero sí más fuerte. Estos pensamientos plasmados en palabras me saben a poco, ya que todo lo que me ronda por la cabeza son simples ideas que no soy capaz de expresar. ¿Mi consejo? Llora, ama, ríe, salta, sueña, emociónate, grita, pero sobre todo, sé feliz.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Decepciones.

Qué bien conozco esa palabra: decepción. Sí, por desgracia, la sufro cada día. No hay día en el que yo misma no me decepcione. Si no hago las cosas bien, es porque no quiero, es lo que más me fastidia, pero es que no he aprendido a hacerlas bien. Ese es uno de mis mayores problemas: yo. ¿Qué hago perdida en este mundo tan enorme? Quizá es que no quiera encontrarme, verme, avergonzarme de mí. Muchos sueños escapándose de mis manos y yo aquí, parada, contemplando y arrepintiéndome de lo que no hice y pude hacer. ¿A quién voy a engañar? Solo soy una copia barata de mí. Cuando no me decepciono yo, decepciono a la gente que quiero. Esto es así. Un bucle. Un jodido bucle del que quiero salir, pero no pongo empeño para ello. ¿De qué sirve querer y poder si no luchas? Eso me pasa a mí, desgraciadamente. No sé luchar. Bueno, sí sé, pero no la aplico adecuadamente. "Si sigo así, acabaré mal" es lo que recorre mi mente. Lo peor de todo esto es que me da igual. Y me da igual hasta ese momento ya dicho, en el que veo mis sueños escaparse como saltamontes que saltan por el campo y yo, me hallo con red y sin ganas de correr a atraparlos.

jueves, 14 de febrero de 2013

Un catorce de febrero.

Primer catorce de febrero. Y digo primero porque nunca lo había celebrado, ya que nunca antes he tenido pareja en este día. Odio ver que tú hoy no puedes estar aquí conmigo a causa de los kilómetros. Necesito uno de tus besos adictivos que siempre me piden más. Me siento grande cuando me miras o me sonríes, ¿sabes? Eres la razón prioritaria de mi felicidad. Y es que te quiero más que a nada, joder. Me encanta compartir sonrisas, tonterías y mis días contigo. Eres lo más especial que tengo y no quiero perderte nunca. Me siento taaaaan a gusto cuando estoy a tu lado... Nada me afecta si tú estás cerca de mí. Te quiero.

jueves, 7 de febrero de 2013

Bajones puntuales.

Algo no va bien. No. Las cosas dentro de mí están como mi habitación: desordenadas. Hace tiempo que no tengo nada claro y todo lo veo borroso. Ya no me acuerdo de ser fuerte y de afrontar los problemas. Supongo que me acostumbré fácilmente a no tener problemas demasiado graves. Claro, que lo que me pasa, se puede decir que son tonterías, pero como bien se sabe, en la adolescencia todo afecta con más fuerza. Parece como que no quisiera ver la vida como es, sino a mi manera. Es como si no me centrase en nada, estuviera distante de todo lo que me rodea. La crisis no solo afecta a mi bolsillo, sino también a la cabeza, como expliqué en la anterior entrada. Acabo pensando en abandonar y mandar todo a la mierda, pero con los años he aprendido que no se puede hacer, porque empeoraría las cosas. La autoestima no ayuda y no da fuerzas para afrontar lo que sea. Supongo que soy una cobarde. Me falta madurar algo más y aprender a vencer a la vagancia, por ejemplo. Lo único que puedo hacer de momento es seguir viviendo cada día intentando mejorar.