martes, 23 de julio de 2013

Guisantes con jamón.

 Lunes. Odioso lunes. Día tachado de cualquier persona con uso de la razón. Día de volver a trabajar, a estudiar, a dejar que el tiempo pase lento. Lunes con complejo de cansancio, de rutina. La típica frase de 'este lunes empiezo a...' y que pocas veces acabamos cumpliéndola. El día que comienza la semana y nuestras ganas por acabarla. ¿Ponerse objetivos? Siempre un lunes. Lunes de despertarse y acabarle odiando todo. Lunes de echar de menos lo que ya no tenemos. Lunes de empezar la semana con ganas y acabar tirada en el sofá.

Lunes... de una taza de café y mis ojos clavados en ella.

martes, 16 de julio de 2013

Yogur.

Sonrío.
Porque no hay nada que me preocupe.
O quizás sí, pero no le doy importancia.
Y vuelvo a sonreír.
Porque si caigo, sé que hay gente que me quiere y me levantará.
Y no dejar que eso cambie.

¿Y qué mejor que sus labios rozando los míos?
O yo acariciándole.
O él pegado a mí, abrazándome.
Su sonrisa y la mía.
Y no dejar que eso cambie.

Despertar y volver a sonreír como siempre.
Porque por fin me lo he ganado.
Luchar.
Contra todo aquello que pueda salir mal.
Luchar.
Por querer conseguir aquello que te propongas.
Por ver que tu vida es como realmente quieres.
Y nunca dejar que eso cambie.

miércoles, 10 de julio de 2013

Espaguetis.

Entonces me acaricias la cara con tus suaves manos y pronuncias las dos palabras clave, 'te quiero', sin dejar de mirarme a los ojos. Poco a poco te vas acercando y yo dejo que los sentimiento fluyan. Todo va bien. Bueno, más que bien, perfecto. Eres el chico con el que quiero pasar mi vida y mis ojos me delatan. Sin decir una palabra, con solo una mirada soy capaz de decirte todo esto. Mis labios se acercan a los tuyos. Y entonces es cuando me convierto en un pedacito más de ti y esto solo es otro intento de enamorarme más de ti.

martes, 18 de junio de 2013

Lechugas.

Entoncés ella se sentó en el sillón, réndose muy fuerte y con muchas ganas. Llamaron a la puerta. Su amiga, al entrar en su casa, la vio llorando y con una sonrisa en la cara. La amiga, preocupada y a la vez extrañada, preguntó por sus lágrimas. Ella, sin parar de reírse, respondió: «Es él, que me hace la chica más feliz del planeta». La amiga, al escucharlo, sonrió y la abrazó. Entendió que no tenía mejor forma que expresar su felicidad que llorando y sonriendo a la vez.

jueves, 13 de junio de 2013

Gelatina.

Es curioso cómo dos personas pueden decirse todo con tan solo una mirada. Y es que esto se veía venir desde el principio. Desde esas primeras veces en las que empezamos a hablar y eras tú el chico que destacaba entre todos. Y es que esto cada vez se hace más y más fuerte. Es que fue ese primer beso el que nos unió del todo. Y el segundo. Y todos los que nos hemos dado hasta ahora. Pero besarte no es rutina. Besarte es como olvidarme del mundo por unos segundo y pasar a ser totalmente feliz.

martes, 11 de junio de 2013

Berenjenas.

Miranda era una chica transparente, sencilla. Ella vivía su vida intentando disfrutarla lo máximo posible. Un día llegó a casa del trabajo y vio que su gato había manchado todo. Miranda miró al gato y se puso a llorar. Se sentó en el suelo mirando hacia abajo, sujetándose la cabeza con las manos. Entonces se dio cuenta y paró de llorar. Miranda vio que eso no servía de nada, que estaba perdiendo el tiempo. Se levantó y se puso a limpiarlo todo. En escaso tiempo, tenía todo recogido e incluso dio un beso en la cabeza al gato. Él la hizo darse cuenta de lo valioso que es el tiempo, de lo importante que es luchar segundo a segundo.

jueves, 23 de mayo de 2013

miércoles, 22 de mayo de 2013

Aguacate.

¿Sabes de esas que te encanta alguien y sientes la necesidad de estar con él a todas horas sacándole sonrisas? Pues eso es lo que me pasa a mí. Que no aguanto sin estar a su lado, demostrándole que le quiero. Los minutos se me pasan lentos cuando le echo de menos y necesito que venga y me abrace como él lo hace. Que con cada sonrisa dedicada a mí, él me hace grande. "Especial" es esa palabra que aprendí junto a ti, en uno de esos momentos que no cambiaría por nada del mundo. Pídeme lo que quieras, pero nunca que me vaya. Por favor.

lunes, 20 de mayo de 2013

Peras.

¿Que cómo es el mundo con él? Pues diferente. Pero en el buen sentido. Es como que todo es más bonito, mejor y más positivo. Es como que las flores florecen despacio para que las podamos observar y tumbarnos junto a ellas a disfrutar. Pasa algo que hace que nuestros besos se me hagan mucho más largos y suaves. Llámame loca, porque yo te dé razones o porque su boca me sepa a especial, el mejor sabor de todos. Es como si cada nube que pase por encima de nosotros estuviese hecha para subirnos a ella con solo una sonrisa. Ocurre que mi mundo ya no es como antes, sino que ahora tiene nombre, apellidos y hasta preciosos ojos marrones y verdes a la vez. Y vuélveme a llamar loca, porque no encuentro algo mejor que estar a su lado, o que mirarle a los ojos y que mi mente susurre un pequeño "te quiero".

jueves, 16 de mayo de 2013

Manzanas.

Me das miedo cuando te acercas a mí. Me das miedo al mirarme. Me das miedo hablándome. Me da miedo que me beses. Me dan miedo tus sonrisas. También me dan miedo tus gestos. Me da miedo que seas tan atento conmigo, al igual que tu personalidad. Me da miedo cuando vienes a verme. Me da miedo cuando me rozas. Todo esto me da miedo. Todo esto contribuye un poco más a que me enamore de ti, y eso, es lo que realmente me da miedo.

martes, 14 de mayo de 2013

Kiwi.

Se encontraron sus miradas. Una chispa saltó. Dos mismos sentimientos conectados desde dos cuerpos diferentes, unidos en uno. Y llegó el momento. El momento de un beso dulce, suave y corto. Entonces él le dijo a ella que la quería. Ella, no pudo hacer otra cosa que seguir besándole, parando el reloj por unos instantes. Exploraron un mundo diferente juntos. Olvidándose de todo lo demás, solo miradas, sonrisas y besos. Ella se moría por decirle que le quería, pero algo se lo impedía. No sabía el qué, pero no podía. Quizá el hecho de quererle tanto, le transmitía cierta "vergüenza" y no era capaz. Puede que miedo; miedo por arriesgarse a quererle. Lo único claro, es que el uno se moría el otro y viceversa. Y no podían negarlo.

jueves, 9 de mayo de 2013

Cerezas.

Puedes pasarte la vida pensando que esto no es para ti, o puedes pararte y disfrutar de todo lo que te rodea. Que la clave está en buscar la felicidad, ganártela. No pretendas que todo venga a ti solo, lucha por que te encuentre, por encontrártelo tú. No es fácil, nadie dijo nada de eso. Es más, es difícil. Aprender a convivir con los problemas, encontrando solución para cada uno de ellos sin agobiarse o derrumbarse. Aprender a sonreír a pesar de todo. Eso es.

martes, 7 de mayo de 2013

Sandía.

Tus besos como rutina,
tus miradas y sus chispas,
tu pérdida, mi ruina,
mis ganas de ti.

Tenerte y anhelarte,
ahora sí, ahora no,
pensarte como loca,
y como loca, enloquecer.

Cada sonrisa que me sacas,
cada corto beso en el aire,
que con cada mirada me matas,
y me renaces con risas.

sábado, 27 de abril de 2013

Fuerzas diarias.

Y aquí me hallo,
abriendo los ojos,
viendo la realidad,
viendo la solución de todo.

La verdadera acción,
es aquella que trata
de positividad, sinceridad.
La verdadera solución.

El esfuerzo y el trabajo,
no te los da nadie,
cúrratelo, trabaja,
y no te sentirás culpable.

miércoles, 24 de abril de 2013

¿Sonrisas!

Mira qué bien sonrío,
toda mi felicidad.
Mira qué bien miento,
y no hablo con sinceridad.
Y me refiero a mi sonrisa,
pues sincero es todo lo demás.
Que yo saltar quiero,
entre nube y nube,
como en aquellos sueños,
aquellos que un día tuve.
Y yo a tu lado, es mi deseo,
un tú rozando mis labios,
acariciando mi pelo,
mirándome sonriente a los ojos.
Y no hay deseo más grande
que el de tenerte cerca,
dándome mimos,
convirtiéndome en auténtica princesa.

jueves, 4 de abril de 2013

Parte de mi pasado.

Notas que te falta algo. Que ese algo es él. Te intentas consolar escuchando música, pero ese vacío no desaparece. Y no, no eres capaz de asumir que ya no está a tu lado. Le echas de menos. No hay día en el que no pienses en él. Es difícil, porque te acostumbraste demasiado a sus tonterías, a esos días junto a esa persona. Deseas una y otra vez que vuelva, porque quieres que sea todo como antes. Todo te es indiferente si él no está contigo. El cielo te parece siempre gris, por mucho sol que haya. Es triste saber que situaciones así hay muchas por todos lados, y esta vez te ha tocado a ti. Y le vuelves a echar de menos. A cada segundo. Y otra, y otra vez. No puedes hacerte la idea de que no volverá, y le tienes que ir haciendo un hueco en tu pasado.

jueves, 14 de marzo de 2013

No te debiste ir de mi lado.

Entonces él se levantó de la cama y la vio, enredado entre las sábanas, con una sonrisa en la cara y mirándole a los ojos. "No te muevas, te traeré el desayuno", dijo él. Ella asintió dándole un suave beso en los labios. Él se dirigió a la cocina e hizo el desayuno de ambos, mientras pensaba en ella, en lo hermosa que era, en lo felices que eran juntos, en lo especial que se sentía a su lado. Cuando llegó con el desayuno a la habitación, ella ya no estaba. Había una nota encima de la cama desecha en la que habían dormido esa misma noche. La nota decía: no te debiste ir de mi lado, esta es la consecuecia. El chico cayó derribado en la cama y se echó a llorar. Ella, sin hacer un solo ruido, apareció por la puerta, se acercó a ese chico tumbado boca abajo y le abrazó. Él se dio la vuelta y la vio. Entonces, una sonrisa abarcó la cara de los dos. Ella dijo suavemente: ¿Te das cuenta de lo que perderías? Y ahora que estás concienciado, cuídame y quiéreme como nunca. El chico la miró mientras algunas lágrimas acariciaban sus mejillas y la besó. Se dio cuenta de lo que sintió al hacerse la idea de que ella le había abandonado. Él se sintió roto, como si le faltase la pieza más importante en su vida. Valoró de verdad todo y a partir de ahí, cada día de su vida, la hizo más y más feliz.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Caquis.

Hay algo que te dice que esto va mal, y es el silencio. Es el tener muchas cosas que hablar y acabar por no decir nada, porque no sabes cómo soltarlo todo. Que te quiero por cómo eres y te odio a la vez por el mismo motivo. Fácil. Espera, ¿fácil? No, no es fácil llevar situaciones así, en los que los silencios dicen más que todas las palabras que puedas escupir por la boca. Estoy cansada de este juego en el que, de alguna manera yo salgo perdiendo. Y es así porque siento que esto no va bien, que lo que falla en sí, eres tú. No puedo pensar el día que me faltes, pero por lo que puedo observar, tengo que ir haciéndome la idea. No soy yo, eres tú. Al no saber llevar esto, al no saber quererme, al no saber cómo cuidarme. Pero tú no tienes la culpa. ¿O sí? Sea como sea, me conoces y no tengo paciencia alguna. Puedo hartarme en cualquier momento y valorar más mi felicidad que la tuya. Es duro no saber qué hacer para que esto mejore cuando la solución la tienes tú. Que te quiero, sí, pero no puedo estar preocupándome por algo que yo no puedo arreglar. Eres tú el problema. Eres tú la solución. Soy yo la que desea que te encuentres de una vez y te esmeres en llevar adelante lo que decidiste empezar.

martes, 5 de marzo de 2013

Sin más.

El suelo está frío debajo de mis pies descalzos. Hoy no me importa nada. Las cosas que deberían preocuparme, no lo hacen. ¿Por qué? Porque hoy es uno de esos días en los que simplemente te dedicas a ver pasar el tiempo, sin sentir nada, sin tener ganas ni de reír. Apetece llorar, pero por algún motivo, las lágrimas no salen. Solo la música es capaz de relajarte, de decirte que todo va a ir bien, de consolarte de alguna forma. El olor a incienso se expande por esa habitación en la que has elegido refugiarte de todo. Oyes risas en la calle, pero te es indiferente. Cierras los ojos esa calma y tristeza a la vez, que te dice que algo no va bien, que necesitas uno de sus abrazos para soltar todo ahí. Pero no está. Nadie está. Nadie sabe de tu estado ni tienes ganas de que lo sepas. Solo dejar pasar las horas, esperando que algo dentro de ti mejore.

jueves, 28 de febrero de 2013

El extraño mundo que nos rodea.

Tengo las ideas, pero no las palabras con las que describir cada idea o sentimiento. Las ideas y los sentimientos son mucho más que palabras. Todos dicen que existen, pero hasta que no lo.vives, no te das cuenta de la magnitud que tiene. Por ejemplo, ese descontrol de sentimientos que tienes en el cuerpo cuando te lees un buen libro o terminas de ver tu serie favorita; esa sensación de felicidad al recibir un beso de una persona a la que quieres. Miles de sentimientos rondan por la gente que te rodea, aunque no siempre puedas verlo. ¿Has pensado alguna vez en cómo realmente debe sentirse esa persona a la que siempre ves reír? Quizá sea menos feliz que tú, pero sí más fuerte. Estos pensamientos plasmados en palabras me saben a poco, ya que todo lo que me ronda por la cabeza son simples ideas que no soy capaz de expresar. ¿Mi consejo? Llora, ama, ríe, salta, sueña, emociónate, grita, pero sobre todo, sé feliz.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Decepciones.

Qué bien conozco esa palabra: decepción. Sí, por desgracia, la sufro cada día. No hay día en el que yo misma no me decepcione. Si no hago las cosas bien, es porque no quiero, es lo que más me fastidia, pero es que no he aprendido a hacerlas bien. Ese es uno de mis mayores problemas: yo. ¿Qué hago perdida en este mundo tan enorme? Quizá es que no quiera encontrarme, verme, avergonzarme de mí. Muchos sueños escapándose de mis manos y yo aquí, parada, contemplando y arrepintiéndome de lo que no hice y pude hacer. ¿A quién voy a engañar? Solo soy una copia barata de mí. Cuando no me decepciono yo, decepciono a la gente que quiero. Esto es así. Un bucle. Un jodido bucle del que quiero salir, pero no pongo empeño para ello. ¿De qué sirve querer y poder si no luchas? Eso me pasa a mí, desgraciadamente. No sé luchar. Bueno, sí sé, pero no la aplico adecuadamente. "Si sigo así, acabaré mal" es lo que recorre mi mente. Lo peor de todo esto es que me da igual. Y me da igual hasta ese momento ya dicho, en el que veo mis sueños escaparse como saltamontes que saltan por el campo y yo, me hallo con red y sin ganas de correr a atraparlos.

jueves, 14 de febrero de 2013

Un catorce de febrero.

Primer catorce de febrero. Y digo primero porque nunca lo había celebrado, ya que nunca antes he tenido pareja en este día. Odio ver que tú hoy no puedes estar aquí conmigo a causa de los kilómetros. Necesito uno de tus besos adictivos que siempre me piden más. Me siento grande cuando me miras o me sonríes, ¿sabes? Eres la razón prioritaria de mi felicidad. Y es que te quiero más que a nada, joder. Me encanta compartir sonrisas, tonterías y mis días contigo. Eres lo más especial que tengo y no quiero perderte nunca. Me siento taaaaan a gusto cuando estoy a tu lado... Nada me afecta si tú estás cerca de mí. Te quiero.

jueves, 7 de febrero de 2013

Bajones puntuales.

Algo no va bien. No. Las cosas dentro de mí están como mi habitación: desordenadas. Hace tiempo que no tengo nada claro y todo lo veo borroso. Ya no me acuerdo de ser fuerte y de afrontar los problemas. Supongo que me acostumbré fácilmente a no tener problemas demasiado graves. Claro, que lo que me pasa, se puede decir que son tonterías, pero como bien se sabe, en la adolescencia todo afecta con más fuerza. Parece como que no quisiera ver la vida como es, sino a mi manera. Es como si no me centrase en nada, estuviera distante de todo lo que me rodea. La crisis no solo afecta a mi bolsillo, sino también a la cabeza, como expliqué en la anterior entrada. Acabo pensando en abandonar y mandar todo a la mierda, pero con los años he aprendido que no se puede hacer, porque empeoraría las cosas. La autoestima no ayuda y no da fuerzas para afrontar lo que sea. Supongo que soy una cobarde. Me falta madurar algo más y aprender a vencer a la vagancia, por ejemplo. Lo único que puedo hacer de momento es seguir viviendo cada día intentando mejorar.

miércoles, 30 de enero de 2013

Fresas.

Escribir como vía de escape, como forma de expresión. Escribir porque es tu único consuelo. Escribir a escondidas. Escribir para pasar el rato, para hacer más corta la espera. Escribir al final del día y ponerte las pilas para el siguiente. Escribir soñando un mundo diferente. Escribir, escribiendo, escrito. Escribir con el corazón, escribiendo lo que sientes y orgullosa de lo escrito.

martes, 29 de enero de 2013

Crisis, pero no económica.

Un nuevo día, y cada vez, menos sentimientos. Ya no hablo de amor, sino de sentir, de cómo te afectan las cosas. Miras por la ventana. Ves cómo pasa el tiempo a través de tus ojos. El cielo está nublado. Quizás como tu cabeza. Empiezas a ver que no tienes nada claro. No te reconoces. Tu mirada ya no es la misma. Te preocupas, porque si lo piensas, te estás volviendo insensible con respecto a ciertas cosas. Tienes miedo. Eso no es novedad. Miedo de la vida, pero sobre todo de ti. ¿Cada vez te haces más fuerte o más insensible? Esa es tu preocupación. Tu sonrisa expresa una felicidad imaginada. Y digo "imaginada" porque no te preocupan tus problemas. O al menos, no como le preocuparían a una persona normal. Es extraño para ti, porque nunca te había pasado. Cuando te empezabas a conocer del todo, cambias las normas sin darte cuenta, y un día, de repente, no te reconoces. Te das cuenta de que no eres la misma, sino que eres una persona nueva. ¿Lo peor? Que no sabes si esos cambios te gustan. Tendrás que aceptarte y convivir contigo misma, porque, ¿hay otra solución? No quieres volver a ser la chica tonta de antes, ingenua y buena. La vida te ha puesto unos obstáculos que te han cambiado totalmente. No miras la vida del mismo modo, y tampoco a las personas que te rodean. ¿Será que has madurado? No, no lo sabes. Eso es lo peor, que no sabes qué es lo que te está pasando y en cierto modo, tienes miedo de ello. Toda tu vida con miedo a algo, sí, y eso es difícil que cambie. Ya no eres aquella niñata que no sabe lo que quiere, que se deja llevar por las circunstancias. Ahora eres una chica nueva, dispuesta a luchar contra lo que se ponga en medio para conseguir lo que quieres.

jueves, 24 de enero de 2013

Miedo de ti.

¿Buenos días? Solo si despierto entre tus besos, entre el miedo de perderlos. Y es eso: miedo de ti. Me explicaré bien. Todo empezó a través de tonterías. Sentimientos diminutos que fueron creciendo con el tiempo. Y es que no es justo no poder besarte cada vez que me apetece, aunque quizás sea mejor. No quiero que me denuncies por acoso. Me tienes en las manos, cacho de tonto, eso es lo que me da miedo. Que te empiezo a querer más que a nadie y también me da miedo. Miedo me das tú, que con solo una mirada o una sonrisa, me posees. Miedo cuando veo que no soy capaz de parar de besarte cuando te tengo conmigo. Me das miedo cuando me dices "te quiero", porque eso contribuye a que yo te quiera un poco más. Aunque en sí, lo que me da miedo, es quererte.