martes, 22 de mayo de 2012

Querido Mario...

Y cuando no encuentro motivos para sonreír, tú haces que tenga todas las ganas del mundo de hacerlo. Es increíble cómo has llegado a inundar mi vida. ¿Sabes? Cuando tengo ganas de ponerme a llorar, pienso en ti, me imagino tu sonrisa y todo va mucho mejor. Me gusta cuando dices una tontería y ella pasa a ser una sonrisa permanente en mi cara durante todo el día. Todos los días, eres tú el motivo por el que me gusta empezar los días. Puede parecer una locura, porque no nos vemos y ni si quiera somos del todo amigos. Y es que cada vez que das un paso, te alejas más de mí y tengo miedo de que un día ya no tengas tiempo para mí, para contestarme una simple mención. Parecerá una tontería, pero los días en los que no twitteas, no encuentro las ganas de ser feliz. Te lo digo ahora y mil veces más: te quiero.

Hablando de personalidad.

Deja de ser una copia de los demás y empieza a ser tú mismo. ¿Por qué tienes la necesidad de copiar? ¿No prefieres ser tú mismo? ¿Te apetece dejar de llevar esa camiseta que tanto se lleva y tú odias para ponerte la camiseta que compraste pero no te atreves a ponerte por si la critican? Estoy segura de que sí. ¿Por qué no lo haces? ¿Es miedo al rechazo? ¿La necesidad de sentirse 'guay'? Pues te aclaro que por llevar algo que lleva todo el mundo, no vas a serlo, sino que serás un idiota más sin personalidad. ¿Estás seguro de que quieres ser eso? ¿Quieres seguir ocultando que te encanta el rock y aguantar las canciones de reaggeton que te ponen tus amigos las 24 horas del día? ¿Por qué no pruebas a ser tú mismo? Te doy una semana y si no quedas satisfecho con el resultado, te devuelvo tu vida anterior. Eso sí, hay una única regla importante: sé tú mismo ante todo y suda de lo que diga la gente.

domingo, 13 de mayo de 2012

El juego del amor.

Un día tonto te conocí. Empezaste a ser todo para mí. Todo terminó en un destre. Quedaron los recuerdos. Y puede, que hasta nos acordemos cuando pasen unos años más. El orgullo te pudo, yo me cansé. Jugaste conmigo como quisiste. Total, yo estaba ciega en esos momentos. Me alegro de que no me hicieses promesas. De haber sido así, las habrías incumplido. Hoy en día, hay noches en las que lanzo un suspiro al aire antes de acomodarme para dormir. Y es que ese suspiro está compuesto de un tal por cierto de tu persona. Dejé que lo fueses todo y me estampé con el tiempo. No era más que una 'ratita' inocente, con ilusión y ganas de que la quisieran. Todavía sigo con estos componentes en mi cuerpo, pero la madurez está por encima. Puede que te eche de menos, pero sé que hice lo correcto. ¿Sabes? Ahora hay otro en mi vida. Él también me hace feliz. Es más, me trata como una princesa, cosa que no hiciste. Puede que esté a tiempo para deshacerme de tus recuerdos y dejar que este chico me eleve a las nubes, para podee volar y sentirme como nunca. Buena suerte en el juego del amor.