martes, 22 de mayo de 2012

Querido Mario...

Y cuando no encuentro motivos para sonreír, tú haces que tenga todas las ganas del mundo de hacerlo. Es increíble cómo has llegado a inundar mi vida. ¿Sabes? Cuando tengo ganas de ponerme a llorar, pienso en ti, me imagino tu sonrisa y todo va mucho mejor. Me gusta cuando dices una tontería y ella pasa a ser una sonrisa permanente en mi cara durante todo el día. Todos los días, eres tú el motivo por el que me gusta empezar los días. Puede parecer una locura, porque no nos vemos y ni si quiera somos del todo amigos. Y es que cada vez que das un paso, te alejas más de mí y tengo miedo de que un día ya no tengas tiempo para mí, para contestarme una simple mención. Parecerá una tontería, pero los días en los que no twitteas, no encuentro las ganas de ser feliz. Te lo digo ahora y mil veces más: te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario