lunes, 12 de diciembre de 2011

Ya es invierno.

Se nota por el frío, por mis ganas de que me le quites on un abrazo. Se nota por las ganas que tiene la gente de quedarse en el brasero horas y horas. También lo notaréis porque los escapares de las tiendas están llenas de adornos navideños y jerseys de cuello alto. Se respiran las ganas de poner el árbol de navidad ya, de que llegue el día de navidad para abrir con ansia su regalo. Los árboles están pelados y piden de nuevo primavera, echan de menos sus hojas al igual que yo te echo de menos a ti. Este frío se vuelve más frío si no estás a mi lado. En invierno, la gente viste de colores oscuros, y todo el mundo se apaga, no tiene ganas de hacer nada y la pereza se apodera de ellos. Los días se nublan y se hacen oscuros. Las lluvias ocasionales, apoyan la razón de quedarse en casa al brasero. ¿Dónde estás, verano? ¿Dónde se han quedado las ganas de vivir la vida a lo loco? En alguna playa del sur, seguro.
Lo que si apetece es estar a tu lado, como en las escenas de las películas de navidad: al lado de la chimenea, acurrucados en un sofá con la manta por encima y abrazados. Eso SI apetece. Comiendo turrón y diciéndonos lo mucho que nos queremos. Hay pros y contras en el invierno, pero lo curioso es, que solo encuentro pros si pienso en ti.


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